Pesadilla antes de Navidad

The nightmare before Christmas
Henry Selick, 1993


Crítica de Magalí Gómez Mileta

Ficha técnica: 
Título original: The nightmare before Christmas
Dirección: Henry Selick
Año: 1993      Duración: 76 min.   Origen: EEUU
Género: Animación, musical, terror
Idioma: Inglés
Producción: Tim Burton, Denise DiNovi, Luis Felipe Salazar Trejo
Guión: Caroline Thompson
Música: Danny Elfman
Fotografía: Pete Kozachik
Reparto: Danny Elfman (Jack Skellington, canciones / Barrel), Chris Sarandon (Jack Skellington, diálogos), Catherine O'Hara (Sally / Shock), William Hickey (Dr. Finklestein), Glenn Shadix (Alcalde), Paul Reubens (Lock),Ken Page (Oogie Boggie), Ed Ivory (Santa Claus, narrador)


EL EXTRAÑO ENCUENTRO CON LO DESCONOCIDO 

En una ciudad donde todo es pesadilla, penumbra y terror, donde todos sus habitantes son monstruos y seres fantasmales, donde la atmósfera está teñida de horror y espanto, resulta extraño que alguien pudiese pensar en llevar los colores y la alegría de la Navidad a esta tierra, pero más raro aún, que ese alguien fuese nada más y nada menos que el máximo exponente de la región: Jack Skellington, “El Rey Calabaza”.

Este personaje, a pesar de ser el sujeto más famoso y querido de Halloween town, siente un vacío en su interior, una especie de hoyo sin fin que ni siquiera el respeto y lealtad de los habitantes de la ciudad pueden llenar, siendo el cansancio provocado por la eterna rutina el gran culpable.
Es por eso que, a partir de una larga caminata con el fin de despejar su mente, descubre un círculo de árboles que nunca antes había visto. Cada árbol contaba con una suerte de puerta con forma de elemento simbólico en relación a la festividad a la que pertenece la ciudad a la que conduce. Jack, siente gran atracción por la que tiene forma de pino adornado y cuando la abre es transportado a una tierra llena de luces, nieve y felicidad: la “Tierra de la Navidad”.

 Una vez allí, el Rey Calabaza queda completamente asombrado por lo que ven sus ojos a tal punto de preguntarse constantemente “¡¿Qué es, qué es?!”. La alegría de este nuevo sitio llena de a poco su interior. Es ahí cuando se da cuenta que eso es aquello que ha estado buscando, por lo que decide llevarlo a su propio mundo; hacer de Halloween “Navidad”…

Encontrarse con lo desconocido, la eterna curiosidad que inunda la mente y el espíritu de quien indaga sobre aquello que no se ha visto nunca y llega a sorprender de manera colosal, es el gran eje de este film animado y dirigido por Henry Selick, donde se ponen en relieve cuestiones como la crisis de identidad, el egoísmo, la amistad, la responsabilidad a la hora de tomar de decisiones y las consecuencias que estas acarrean.

Esta historia, además de tener un estrecho vínculo con la identidad, realiza un planteo destacado hacia la cuestión del deseo y la carencia, ya que el personaje de Jack ya no se siente pleno teniendo su cómodo lugar de poder en su tierra, sino que necesita algo más. Si bien lo tiene todo, hay algo que le falta, algo que quiere y no sabe qué es. Siempre se desea aquello que no se tiene, por eso realiza un viaje hacia lo desconocido con el fin de completarse. Esa es la razón por la que en una de sus canciones reza: “Hay soledad en mi corazón y necesito más calor, la fama no me ayudará, mis lágrimas vacías están”.

El personaje de Sally, una muñeca de trapo rotosa pero encantadora, cumple una suerte de evocación a la razón, al ser ella quien trata de aconsejar a Jack que no siga adelante con su plan, ya que todo indica que va a fracasar. Aquí entra a jugar un papel interesante la dicotomía racionalidad-emocionalidad, puesto que la muñeca ama a Jack en secreto y quiere lo mejor para él, por eso intenta frustrar su accionar otorgando ventaja a la razón por sobre el corazón. Lo mismo puede vincularse al “Rey Calabaza”, pero en sentido contrario, ya que no medita en las consecuencias que implica dejar la Navidad en manos de las criaturas de la noche de brujas. 

Acompañada por una música exquisita, canciones pegadizas y sumamente fiel a la vanguardia expresionista –teniendo a nada más y nada menos que a Tim Burton en la producción- la historia se desarrolla en un contexto donde se recurre al simbolismo de las formas, sumamente distorsionadas, haciendo hincapié en resaltar la fantasía y el terror del relato, manifestando un choque entre el espeluznante mundo de Halloween en contraposición a la tierra navideña, un lugar cálido, repleto de ternura y alegría, lleno de colores y aroma a pastel.

El punto de vista del director y de su equipo de producción, se encuentra netamente plasmado en esta historia de fantasía lúgubre, dando cuenta de ello a partir del uso de colores oscuros y apagados (sobre todo en la tierra de Halloween), la luz, las sombras y el relato en sí, valorando la perfecta utilización de la animación por cuadro – stop-motion –, arduo trabajo que tiene como resultado –en este caso- una obra fabulosa.

Los personajes, si bien son completamente animados, invitan a los espectadores a inmiscuirse en sus peculiares mentes, sus mundos interiores, a través de una perfecta caracterización que provoca la sensación de creer que tienen sentimientos verdaderos, humanos y puros a partir de ciertas miradas, expresiones y escenas extremadamente memorables.

”Pesadilla…”, lejos de ser una mera película animada, logra convertirse en un maravilloso relato donde lo metafórico se abraza con lo poético, donde la penumbra se fusiona con los colores, lo conocido con lo extraño, pero sobre todo, realiza una conexión a nivel interior, arriesgando lo que se es por aquello que se quiere llegar ser, aunque la verdadera esencia nunca se pierda.