Gran Torino

Gran Torino

Clint Eastwood, 2008.

Crítica de Romina Batallés

Titulo: Gran Torino
Director: Clint Eastwood
Reparto: Clint Eastwood - Bee Vang
País: Estados Unidos
Género: Drama
Dirección: Clint Eastwood
Producción: Clint Eastwood - Bill Gerber - Robert Lorenz
Guión: Nick Schenk
Música: Kyle Eastwood - Michael Stevens
Duración: 116 minutos

Sinopsis

Este film relata la historia de Walt Kowalski, interpretado por Clint Eastwood. Un polaco-americano, ex militar, jubilado y viudo reciente, que vive con su perra Daisy en Highland Park (Míchigan).

Su personalidad, hosca y hostil, sin dudas ha sido torneada por su participación en la guerra de Corea. Mantiene una relación distante con sus hijos y nietos, a los que considera casi extraños e inmaduros. Asimismo desprecia todo aquello que le es ajeno a su generación y a las costumbres de sus tiempos.

Ocupa sus días con en trabajos del hogar, jardinería, cerveza y visitas al peluquero. Su única pasión reside en cuidar a su Gran Torino del 72, reluciente como estaba el día en que el propio Walt ayudó a sacarlo de la cadena de montaje hace décadas.

La vida en su barrio ha mutado considerablemente, sus vecinos se han trasladado o han fallecido. Los inmigrantes hmong, del sudeste asiático, se instalaron allí luego de la guerra de Vietnam, refugiados por los Luteranos. Se siente ofendido prácticamente por todo lo que ve, anhelando y poniendo la mirada en un lugar de nostalgia sobre el viejo barrio donde no existía el césped descuidado, latinos, afroamericanos, ni las pandillas que se apropian de las tardes con la música alta y los autos con aleros y escapes.

Siempre al margen de todos los acontecimientos, su vida cambiará al momento en que su vecino hmong pretenda robar su Gran Torino, motivado por una pandilla.  Para enmendar su conducta el pseudo ladrón Thao se incorporará en la vida de Walt, al igual que su familia para dar lugar a una incipiente amistad.

Gracias a ellos y a su implacable amabilidad, Walt empieza a entender ciertas verdades sobre sus vecinos y sobre él mismo, reconociendo que tiene más puntos en común con esos extraños coreanos que con su propia familia. Sin saber, al final del camino, que esta relación cambiará la vida de ambos bandos para siempre.

Análisis

Walt Kowalski

Desde el inicio de la película cuando se está desarrollando el funeral de su esposa, Walt deja en claro el lugar incomodo en el que se encuentra, no solo por la perdida de su amada, sino también por la posición que adoptan sus seres “queridos”. Sus hijos con la mirada distraída, su nuera con las joyas de su difunta esposa pendiendo de su muñeca y sus nietos bromistas, con un atuendo inapropiado y mostrando ningún respeto a la hora de usar el celular.

Los ojos achinados, acompañados del seño fruncido y un gruñido se convertirán en el sello característico del que se vale Clint, un combo infalible que nos pondrá en un instante frente a un personaje de un temperamento rudo que captará nuestra atención desde el inicio.

Este protagonista encarna situaciones de la vida real y cotidiana, los seres que quedan detenidos en el tiempo y atados a los recuerdos de sus épocas más vivaces a la espera de lo inevitable. Manteniendo en su mirada la sensación de que todo tiempo pasado fue mejor y que el presente no es más que una consecuencia de los actos mal habidos de las nuevas generaciones.

“Papá vive aun en los 50…lo que quiero decir es que no hay forma de evitar que el viejo se moleste, es inevitable.”, invoca su hijo en el funeral, legitimando nuestra primera visión sobre su disconformidad por las nuevas costumbres, en este caso acerca de la vestimenta de su nieta para un funeral” 

Ejes

La temática de la película gira entorno a varias categorías de las favoritas y más elegidas por el público americano: el patriotismo, el racismo, las costumbres dilapidadas, la pérdida de los lazos familiares, la religión, la vejez, la vida,  la muerte y la redención.

Mientras se desarrolla el funeral en la casa de Walt sus nietos aprovechan el tiempo en el sótano donde se topan con un cajón lleno de recuerdos del pasado militar de su abuelo, junto con una medalla de honor entregada en combate. La guerra de Corea marcó la vida del personaje y se muestra en la película la necesidad de exponer aquellas crueldades que se cometieron en aquel acontecimiento en manos de jóvenes.

Cuando casi al final del film Kowalski entrega al joven hmong Thao la medalla que antes había recibido él por sus méritos en la guerra de Corea, lo que se está entregando es el dolor y el arrepentimiento del país, con este acto el personaje realiza su confesión tan requerida por su mujer para luego, encontrar la redención y partir en paz.

La crítica a la iglesia se manifiesta desde la primera visita del cura párroco a la casa del viudo, donde es recibido de modo hostil y mostrando su postura frente al clérigo…“Creo que usted padre es un virgen de 27 años con demasiada educación, que disfruta cogiendo de las manos a las mujeres mayores y prometiéndoles la vida eterna”.

La polémica continúa cuando se enfrentan mano a mano en un bar para debatir sobre la vida y la muerte. Kowalski asegura que todo lo que sabe el eclesiástico sobre el tema se lo han enseñado en un seminario.  

La guerra ha atravesado su vida y la muerte ensuciado sus manos, convirtiendo su mente en un casillero que guarda la culpa de sus actos hasta el día de su propio fallecimiento, hecho que parece aguardar mientras carga con esos pecados con los que esta dispuesto a vivir a modo de sacrificio. 

Se acercan ambas posturas sobre el final cuando de algún modo el cura avala la venganza que impartirá Walt sobre las pandillas.

Se pone a la vista de un modo cruel la relación con su familia y los intereses que abrazan. El pedido del vehiculo por parte de su nieta, las joyas que se apropia su nuera, la posibilidad de la internación en un geriátrico para vender la casa son algunas de las acciones que ponen al espectador del lado del personaje, y que llaman a la reflexión acerca de cómo se estima la vejez en la actualidad.

Es en su propio cumpleaños donde encuentra en sus vecinos la bondad de la que carece la gente de su propia raza, y a partir de este momento hallara mas en común con la “gente amarilla”, como el los llama, que en su propia familia.

 Toma su venganza sobre el final al legar todos sus bienes a la iglesia y a su vecino Thao , quien lo vuelve un mejor hombre y le permite redescubrirse.

El sello fundamental de la película se inscribe en la relación padre e hijo que encarna con Thao. Luego de querer robar su auto ofrece sus servicios a modo de perdón al veterano. Como padre le enseña y le inculca valores al joven, será un ejemplo para el. Encarnan una sociedad de ayuda mutua, Walt le enseña sobre la vida y Thao lo restituye a la misma y le imprime un sentido, al punto tal que Kowalski se convertirá en un héroe-justiciero al sacrificar su existencia para salvar la del joven en manos de las pandillas del barrio.

La elegida

El film presenta una pequeña secuencia conmovedora que desnuda por completo al personaje solo con imágenes, inicia con Walt encerando su Gran Torino y que culmina con un atardecer reflejado en sus ojos.

Sus grandes amores y aquello que lo conecta con esta vida se encierra en un encuadre formado por  Walt tomando cerveza, a su perra Daisy sentada en el porche, a su Torino recién encerado y la bandera de de Estados Unidos. Su vida esta representada por esos emblemas, su trabajo traducido en el auto que ayudo a crear, la bandera que simboliza el patriotismo y su entrega a una guerra, y su perra que es su familia. De fondo suena un piano melódico característico de todas las películas de Eastwood, que deja de sonar al caer por completo el sol.

Otros aspectos

Sobre los aspectos técnicos del film, la fotografía y el montaje son sobrios, sin demasiados condimentos innecesarios a la hora de relatar una historia simple, que llegará al corazón de muchos.

El uso del tono crepuscular, muestra el ocaso de su vida, la llegada de la vejez, tanto del personaje, como del propio actor que excede la pantalla en varias oportunidades, también anunciando su despedida de la industria cinematográfica.

En definitiva, una película que es la visión de un privilegiado espectador de la realidad, de la herencia cultural y de una sociedad que está en un momento de transformación.