miércoles, 18 de agosto de 2010

La Mala Educación

La Mala Educación
Pedro Almodovar, 2004

Crítica de Micaela Portela



Título: La mala educación
Año: 2004
Dirección y guión: Pedro Almodóvar
Producción: Agustín Almodóvar
País: España
Duración: 105 min.
Fotografía: José Luis Alcaine
Vestuario: Paco Delgado
Música: Alberto Iglesias
Actores: Gael García Bernal (Ignacio Rodríguez / Ángel Andrade / Zahara / Juan), Fele Martínez (Enrique Goded), Javier Cámara (Paca), Daniel Giménez Cacho (Padre Manolo), Lluis Homar (Sr. Berenguer), Francisco Maestre, Juan Fernández, Ignacio Pérez, Raúl G. Forneiro, Alberto Ferreiro, Petra Martínez, Sandra, Roberto Hoyas.

Tres historias, una película

Tres historias. LA MALA EDUCACIÓN narra la infancia de Ignacio y Enrique, escritor el primero y director cinematográfico el segundo, quienes también cuentan esa infancia común en sus respectivos ámbitos artísticos pero con su particular visión de los hechos. De este modo son tres las historias que animan el film, entrecruzándose entre sí, hablan de personajes que se manipulan despiadadamente para lograr fines egoístas: los personajes reales se mienten y engañan entre ellos; y los personajes ficticios (de la novela de Ignacio y de la película de Enrique) repiten esos engaños, todos girando y regirando con base de apoyo en la protagonista sexualidad. La sexualidad es el motor del film, la creadora del conflicto primero y principal: el enamoramiento y abuso sexual del Padre Manolo a Ignacio cuando éste estaba internado en un colegio católico. La sexualidad atrae a los personajes en su relación: el despertar sexual une en enamoramiento a Ignacio y Enrique en su niñez, la sexualidad del Padre Manolo lo acerca pedófilamente al niño Ignacio, Enrique es atraído sexualmente por Juan, como también el señor Berenguer.
 
El abuso sexual del Padre Manolo, a pesar de su centralidad, es apenas insinuado ni siquiera violento o impresionante, con música del canto de Ignacio se demuestra sin mostrarse en una escena luminosa de niños jugando en el Día de campo; tal como en la muerte de Ignacio donde la cabeza cae sutilmente sobre su máquina de escribir, con música y “cámara lenta” estas escenas prolongan el momento para su contemplación en imágenes que logran transformar lo aberrante en belleza. De este modo Almodóvar teje un film que no es un cuento con moraleja, ni un espectáculo violento o triste como puede apreciarse en otros largometrajes de temas similares; el director y guionista logra un film para la contemplación, para el goce de escenas que rebalsan en belleza y colores.
 
 Una  película. La película es un vaivén lúdico entre pasado, presente y fantasías de los personajes a veces concretadas (en el relato de Ignacio), a veces parodiando la realidad (en el film de Enrique) que toma forma en un relato metaficcional de continuas autoreferencias e intertextualidades donde las peripecias de los protagonistas son narradas y renarradas en múltiples iteraciones que construyen un único drama.  

Hay una repetición diferida de la vida real de los personajes que es renarrada en el relato de Ignacio y éste, a su vez, es renarrado en el film de Enrique. Ambos personajes cuentan en diferido su pasado en sendas obras que se influyen entre sí y que influyen en la vida de los personajes ficticios. La escena más representativa es la que muestra a Enrique leyendo “La Visita”(novela de Ignacio) donde la toma de una hoja de la novela se funde en otra toma del cine Olimpo generando una subescena que es una escena del film de Enrique, mientras se escucha en voz en off a Zahara(personaje ficticio de la historia de Ignacio y también de Enrique, que representa a Ignacio como travesti). La lectura de la novela anoticia a Enrique sobre el abuso sexual al que fue sometido Ignacio por el Padre Manolo (acontecimiento de la vida real de los personajes). A su vez esta novela vuelve a aparecer pero ficticiamente en el film de Enrique y es utilizada por Zahara para chantajear al Padre Manolo (igual que en la vida real cuando Ignacio la utiliza para chantajea al señor Berenguer ex Padre Manolo) en una escena en la que se ve el detrás de cámara del film de Enrique en el que aparece el señor Berenguer viéndose representado en el film en su pasado como Padre Manolo. Otras estrategias metaficcionales que emplea la película es la narración iterativa al hacer de los personajes narradores extradiegéticos de sus obras, cuando Ignacio cuenta su infancia en el relato de “La Visita” y cuando el señor Berenguer narra cómo  asesinó a Ignacio; y el autor detrás de la narración evidente en las explicaciones que Enrique e Ignacio dan de sus obras en la escena que Enrique le cuenta el final del film a Juan y en la que Ignacio le cuenta en una carta a Enrique los acontecimientos que le inspiraron la novela.

El film de Almodovar es un juego entretenido de repeticiones. Repeticiones narrativas, repetición de acontecimientos, repeticiones de elementos. Los personajes yendo al cine es un acontecimiento que se reitera, Enrique e Ignacio van de niños al cine Olimpo y años más tarde, el cine es también el lugar que Juan y el señor Berenguer eligen para esconderse. La similitud fónica entre el nombre Sara(la actriz que veían en el cine los niños) y el nombre Zahara(personaje de la novela de Ignacio y el film de Enrique) hace resonancia en todo el film por las numerosas veces que se aparece. Otro elemento reincidente son las cartas. Ignacio le escribe cartas a Enrique y además a la esposa y a la editorial donde trabaja el señor Berenguer; a su vez Zahara le deja una a Enrique. Relacionado con las cartas y mezclando ficción y realidad, la escena de la película de Enrique en la que el personaje de Enrique duerme con la carta en la mano de Zahara, repite hasta en el encuadre a la escena en que aparece Enrique mismo durmiendo con la carta en la mano de Ignacio.  Sin duda la iteración más relevante es la de el título “La Visita”, que es nombre de la novela de Ignacio y también del film de Enrique y que, además de título, es un hecho reiterado en toda la película puesto que cuatro de los acontecimientos más relevantes del film son consecuencias de visitas inesperadas: la visita de Juan(presentándose como Ignacio) al estudio de Enrique, la visita de Zahara al padre Manolo, la visita de Enrique a la casa materna de Ignacio y la visita de el señor Berenguer al estudio de filmación de Enrique.

Ficción y metaficción, fantasía y realidad se mezclan en una película que explota al máximo las mil caretas de sus personajes.

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